¿Qué es la filosofía analítica?

*Álvaro Carvajal Villaplana

IV Rasgos comunes

(III Parte)

La filosofía analítica -como se analizó en la primera parte de esta serie intitulada ¿Qué es la filosofía analítica?- se muestra como una tendencia filosófica que comprende una diversidad de enfoques, maneras de entender el análisis, así como de la función que ha de cumplir la filosofía. A pesar de esa diversidad, existe una serie de rasgos comunes en las que tales perspectivas pueden aglutinarse para la etiqueta de filosofía analítica. En esta entrega se presentan algunos de esos rasgos, entre ellos están: (a) la relación entre filosofía y lenguaje; (b) la actitud cautelosa hacia la metafísica; (c) La relación con el saber científico; (d) la relación con la lógica y (c) la rigurosidad. 

4.1. Relación entre filosofía y lenguaje. Lo que distingue a la filosofía analítica es que puso en el centro de la reflexión filosófica al lenguaje. El análisis del lenguaje llevaría a una manera de enfrentar los problemas de la filosofía, se trata de un proceso de aclaración que llevaría a la elucidación del pensamiento. Por lo que el lenguaje cumple un papel fundamental en el trabajo del pensamiento. Existen diferentes teorías sobre cómo entender la relación entre el lenguaje y el pensamiento; una tendencia presente en el neopositivismo fue la prioridad del lenguaje ante el pensamiento. Sin embargo, no todos(as) los(as) filósofos(as) analíticos(as) comparten este punto de vista; por ejemplo, Frege asentó su atención en el lenguaje, ya que para él la forma de elucidar el pensamiento es por medio del análisis del lenguaje; por su parte, Ramsey señala que, si la filosofía ha de tener una utilidad, ha de aclarar el pensamiento (1931/1965, 325). Así, el lenguaje y el pensamiento en su relación con la realidad o el mundo son los objetos de estudio de la filosofía analítica. En tal relación el significado ocupa un papel central. 

En sentido más amplio, algunos autores consideran que el trabajo filosófico pasa por el análisis del lenguaje, es más, hay quienes plantean que la filosofía del lenguaje ha de ser el foco de la filosofía. Sin embargo, este punto de vista no es absoluto, se tiene el caso de Austin, quien afirma que el trabajo sobre el lenguaje es tan solo una parte del trabajo de la filosofía (1970/1989). Ayer afirma que el análisis es tan solo un punto de partida del trabajo filosófico (1959/1993, 57).

En sus inicios la filosofía analítica, en particular en el Círculo de Viena, así como otros autores que no pertenecían a dicho grupo, consideró que el único lenguaje con sentido es el de la ciencia natural, mientras que otros lenguajes como el metafísico, el estético y el ético carecen de sentido, no así de importancia. Lo anterior debido a la dificultad de aportar los referentes empíricos a las proposiciones de dichas áreas de la filosofía; ya que el criterio de verificabilidad tenía una exigencia factual. En este enfoque la elucidación del lenguaje -en sentido estricto- corresponde al lenguaje científico. En contraste, al lenguaje ordinario se le consideró como sospechoso y poco confiable por ser impreciso, ambiguo y vago. El trabajo de la filosofía consiste es encontrar la estructura lógica que se “esconde”, en la apariencia del lenguaje ordinario, ejemplos de esta posición son los atomismos lógicos de Russell y Wittgenstein, así como el empirismo lógico de Carnap. 

En contrapartida, desde la misma filosofía analítica, surge la propuesta del análisis del lenguaje ordinario; para dicha tendencia, la labor de la filosofía es la aclaración de los enunciados, pero ahora se trata del lenguaje ordinario. Tal escrutinio se erige como independiente de la lógica formal; ejemplos de este trabajo son el pensamiento de Wittgenstein en Investigaciones filosóficas (1953), Austin y la escuela Oxford, entre otros. Si tal parece que este cambio en el desarrollo de la filosofía analítica parece marcar una crisis; no obstante, el análisis al que alude Wittgenstein mantiene continuidad en el enfoque inicial, en el sentido de que la filosofía no ha de ofrecer explicaciones, sino que tan solo aporta descripciones de los conceptos y las proposiciones del lenguaje ordinario, asimismo, el objetivo es la disolución de los problemas filosóficos. Los últimos no aparecen tanto por el hechizo del lenguaje ordinario, sino cuando el(la) filosofo(a) reflexionan sobre la forma que usamos el lenguaje, ese es el momento en el que el(la) filósofo(a) se enreda. El análisis del lenguaje cumple una misma función.  

A tal respecto, no cabe duda que el análisis filosófico es tanto de las proposiciones del lenguaje científico (entre otros) y del ordinario. El análisis del lenguaje tanto del ideal como del ordinario consiste en la aclaración o disolución de los problemas filosóficos. El lenguaje y la búsqueda del sentido o significado son unos de los aspectos centrales de la filosofía, el cual aparece por primera vez en la historia de la filosofía. Por lo demás, como lo muestran Glock (2008/2012) y Sáez (2002), tal énfasis también aparece en otras tendencias filosóficas contemporáneas; por ejemplo, la hermenéutica y la fenomenología. 

4.2. Actitud cautelosa hacia la metafísica. En relación con este tema, existen diversas actitudes hacia la metafísica, las cuales van desde el rechazo rotundo a la metafísica tradicional a la formulación de maneras de hacer metafísica. La filosofía analítica ha rehabilitado la metafísica (D’Agostini, 1997/2000, 176), la ha vuelto pluralista (Russell); además, se intenta una elaboración no esencialista de la metafísica, en la que se incluya el género, es el caso de la filosofía feminista analítica de Sally Haslanger (2000/2001).  

Primeramente, se rechaza cierto tipo de metafísica que resulta de la reflexión de orden racionalista o idealista. Algunas de las críticas más destacadas son las Reichenbach del Círculo de Berlín, y la de Carnap (1932/1965). Empero, se tiene que el positivismo lógico no rechaza a la metafísica como inválida, sino como carente de sentido; los enunciados metafísicos tradicionales carecen de significado cognoscitivo, y sus formulaciones sin sentido han de ser relegadas al plano meramente emocional, o literario. El análisis desenmascara los pseudoproblemas de la metafísica, esta dilucidación disuelve dichos problemas. Si bien hubo un rechazo a la metafísica tradicional, cabe destacar las propuestas filosóficas como, por ejemplo, la del atomismo lógico o la de Principia Mathematica deWhitehead y Russell, tenían un trasfondo metafísico o parten de supuestos metafísicos 

En años posteriores, la filosofía analítica retoma la metafísica, y elabora sus propias propuestas, este es el caso de Strawson, el cual genera un sistema de metafísica descriptiva, en donde el mundo se encuentra formado por particulares (cuerpos, sonidos, personas y mónadas) y sujetos lógicos. También cabe recordar a Anscombe con su tratamiento de la intencionalidad en el texto Metafísica y filosofía de la mente (1981). Asimismo, la influencia de Quine con el replanteamiento de la ontología, y la postulación de los “objetos abstractos”. Esta nueva metafísica está controlada por la lógica y es atenta al lenguaje. Según D’Agostini, en la filosofía analítica se instaura una línea de reflexión sobre la metafísica respecto a su lenguaje y sus funciones (1997/2000, 177).

4.3. Relación con el saber científico: Esta característica es una de las que más ha cambiado, ya que originalmente para algunos filósofos analíticos, se trató de efectuar un movimiento reduccionista de la filosofía, por ejemplo, Quine afirmó que la filosofía tenía que ser reducida a la psicología. En otras posiciones se considera que la filosofía ha de parecerse a la ciencia en cuanto a la rigurosidad, precisión y seguimiento de un método. Esta última es la que ha predominado, asimismo la consideración de que para hacer “buena” filosofía se ha tomar en cuenta los datos la ciencia. También, se haya una tendencia que se inclina por la naturalización de los conceptos y la teoría filosófica, debido a tal diversidad es por lo que puede hablarse de un aire de familia de lo que constituye la propensión hacia lo científico.

Según Chico, Ponte y Barroso (2007) toda un área de la filosofía surge de dicha pretensión: la filosofía de la ciencia, aunque existen algunas posiciones radicales que identifican a la corriente filosófica analítica con la filosofía de la ciencia, a la cual arrojan la idea de tener el rigor filosófico, por lo que desprecian casi todo lo que no se apunta esta filosofía (2007, 10). Para beneficio de la filosofía analítica esta tendencia no es dominante en este momento.

Queda por destacar la noción del progreso filosófico en la filosofía analítica, según Frápolli, uno de los propósitos de los miembros del Círculo de Viena era la construcción de una filosofía científica, de la que pudiera decirse que progresa, al igual que ocurre con la ciencia natural. Sin embargo, tampoco se trata de una idea dominante, ya que se cuenta con variantes de lo que significa la concepción científica de la filosofía, entre los miembros del Círculo de Viena, y autores como Wittgenstein, Russell o Moore. Un pensamiento que resalta es de Waismann -integrante del Círculo de Viena- en Mi visión de la filosofía (1932/1965)asevera que la filosofía es diferente a la ciencia, ella estudia argumentos, no es demostrativa, no construye sistemas filosóficos, no descubre nuevas proposiciones ni las contrasta (492). En su afán de rigurosidad lo que hace la filosofía con los problemas filosóficos es hacerlos precisos y aclararos (505); la filosofía progresa, pero no lo hace añadiendo nuevas proposiciones, sino más bien transformando todo el escenario intelectual, reduciendo en consecuencia el número de problemas que nos hechizan (503). La filosofía es una fuerza liberadora.

4.4. Relación con la lógica. Si bien existe una tendencia de la filosofía analítica a vincularse con la lógica formal; no puede obviarse su tendencia a relacionarse con la lógica informal y la argumentación. A lo primero se le nombra el lenguaje ideal o formal; el segundo como la perspectiva del lenguaje ordinario o informal (el lenguaje en tanto acción). A pesar de las discrepancias entre ambos, no cabe duda de la existencia de una relación favorable entre lógica y filosofía, más que en otras tendencias filosóficas. 

La filosofía analítica ha tomado a la lógica como una expresión de la estructura del lenguaje y de la realidad, es decir, como determinante de la filosofía del lenguaje, la epistemología y la metafísica. Por otra parte, la lógica tiene una connotación de razón que sirve como ordenación y ofrece coherencia, en tanto que el análisis desvela la forma lógica de los enunciados (Russell) o en tanto que revela la estructura lógica de los hechos (Ryle), o en tanto que la estructura lógica de los enunciados revela la estructura lógica de la realidad. Además, la lógica es un recurso que brinda rigor y ofrece oportunidades heurísticas.

Por otra parte, según D’Agostini, en Frege el análisis formal se presenta como desarrollo, lo que contrasta con lo afirmado por varios filósofos analíticos como Wittgenstein, de que la filosofía no agrega nuevo conocimiento. De esta manera, según Frege, la función de la filosofía no consiste solo en la aclaración de las proposiciones (de lo que ya sabemos), sino que la filosofía crea nuevas proposiciones y conceptos mediante ciertas operaciones, es decir, de la lógica, sin que tenga que recurrir a la experiencia empírica o a la psicológica interna (1997/2000, 241). 

En la misma línea a la perspectiva formal, Ryle asevera que la lógica proporciona la estructura objetiva del lenguaje ordinario (1949/2005). El uso de la lógica informal -igualmente- intenta dilucidar los diferentes usos y funciones del lenguaje. Para esta otra tendencia, el análisis busca la descripción y ordenación de una cierta región conceptual, por lo que, la teoría lógica se aplica al lenguaje común con el objeto de comprenderlo en lugar de reformarlo. A tal respecto, también puede afirmarse algo semejante a lo que asevera D’Agostini sobre Frege. La filosofía al reflexionar sobre el primer orden (las ciencias naturales, sociales, etc., que se refieren a la realidad) crean proposiciones y conceptos que aumentan el conocimiento.

En definitiva, a pesar de las diferencias entre los enfoques formal e informal, ambas son compatibles, ya que una vez que se estudia el funcionamiento y las interacciones de los conceptos de un área determinada de conocimiento o de la realidad, el escrutinio puede continuar con la parte más descriptiva y sistemática (García, 1999, 22). Según Burge (1999, 78-79), ambas posiciones enriquecen la tradición filosófica analítica, pues se combinan los aspectos más fructíferos de la filosofía del lenguaje ordinario y el constructivismo lógico. 

Por último, habría una relación entre la lógica y la filosofía analítica, en la que la primera es objeto de reflexión filosófica. Este estudio filosófico de la lógica no es lo mismo que la filosofía de la lógica. 

4.5. La rigurosidad: Chico; Ponte y Barroso indican que un rasgo común a la filosofía analítica reside en que sus practicantes -en relación con el análisis del lenguaje, la ciencia y la lógica- llevan la inferencia racional a sus límites extremos (2007, 11). Entre sus intereses figura la tarea de definir, o al menos aclarar, las palabras empleadas en el discurso filosófico, retrotrayendo en lo posible su comprensión a las palabras más familiares o más claras.

Referencias

Austin, John; (1970/1989) Ensayos filosóficos. Madrid: Alianza.

Ayer, A.J.; (1959/1993) El positivismo lógico. México, CDMX: Fondo de Cultura Económica. 

Burge, Tyler; (1999) Filosofía del lenguaje, en: Resistiendo al oleaje: Reflexiones tras un siglo de filosofía analítica, Revista Cuaderno Gris, Madrid, Época III, No 4: 69-90. 

Carnap, Rudolf; (1932/1965) La superación de la metafísica mediante el análisis lógico del lenguaje. En Ayer (comp.) El positivismo lógico. México: Fondo de Cultura Económica.

Chico; Ponte; Barroso, David; Barroso, Moisés; (2007) Pluralidad de la filosofía Analítica. Madrid: PyV/CSIC.

D’Agostini, Franca; (1997/2000) Analíticos y continentales. Guía de la filosofía de los últimos treinta años. Madrid: Cátedra.

Frapolli, María José, (s.f.) La filosofía analítica, Versión electrónica-Internet: http://www.ugr.es/~frapolli/Filosof%92a%20Anal%92tica.htm, Visitada el 30.01.17.

García, Alfonso; (1999) Hacia una caracterización de la filosofía analítica, en López Cuenca, Alberto (ed.); (1999) Resistiendo al oleaje. Reflexiones tras un siglo de filosofía analítica. Murcia: Cuadernos Gris, No. 4.

Glock, Hans-Johann; (2008/2012) ¿Qué es la filosofía analítica? Madrid: Tecnos.

Haslanger, Sally; (2000/2001) El feminismo en la metafísica: gestionando lo natural. En Fricker, M.; Hornsby, J. (Comp.) Feminismo y filosofía. Barcelona: Idea Books.

Ramsey, Frank; (1932/1965) Filosofía. En Ayer (comp.) El positivismo lógico. México: Fondo de Cultura Económica.

Rayle, Gilbert; (1949/2005) El concepto de lo mental. Barcelona: Paidós.

Sáez, Luis; (2002) El conflicto entre continentales y analíticos. Barcelona: Crítica.

Waismann, Friedrich; (1932/1965) Mi perspectiva de la filosofía. En Ayer (comp.) El positivismo lógico. México: Fondo de Cultura Económica.

Wittgenstein, Ludwig; (1953/2001). Philosophical Investigations, Massachussest: Blackwell.